– 1886 – LA INVENCIÓN REVOLUCIONARIA Todo comenzó con la idea de una mujer.
Se llamaba Jospehine Cochrane y revolucionó el mundo de la cocina. En 1886, patentó la invención que con el tiempo se convertiría en el lavavajillas actual. Nueve de sus increíbles máquinas fueron expuestas, rápidamente vendidas y utilizadas en restaurantes. Algunas encontraron un lugar en grandes hoteles de lujo: el hotel Baltimore en Nueva York y el Tremor and Palmer House en Chicago. Estos primeros modelos se vendieron a un precio de entre 700 y 1000 dólares. Motivada por su deseo de popularizar su invención, Josephine adaptó un modelo para uso doméstico, que se vendió por 350 dólares. Esto ocurrió justo antes de su muerte en 1913.
– 1936 – EL DISEÑADOR La unión del estilo y la alta tecnología
Egmont Arens, editor de la revista Creative Arts y de la famosa Vanity Fair, una de las revistas más conocidas del mundo, fue también un diseñador conocido en el mundo entero. Durante varios años, compartió su experiencia con KitchenAid. Diseño tres de los modelos más elegantes, entre ellos el célebre modelo “K”, objeto de culto en la actualidad. Sus creaciones, consideradas pioneras, consiguieron varios premios de diseño y fueron expuestas en varios museos. Más de 60 años después, los robots de cocina KitchenAid se siguen pareciendo a los diseñados por Arens, lo que prueba su extraordinario talento visionario.